Némesis (De los juegos de Resident Evil) sería el ejemplo por excelencia de este tema, no sólo porque que intenta matar y comerse a todos y te persigue durante todo el juego, sino porque a pesar de ser zombie de por sí, está completamente deforme, mutilado y rearmado. Así que si tu antagonista tiene algún rasgo particular, aunque sea pequeño, será un buen distintivo de villano.
Al final de cuentas, lo que hace a un personaje (incluso cuando es bueno), son sus acciones, siempre que actúe en contra de los intereses del protagonista o de un personaje querido por todos, se ganará el odio de todos. Ilithya (de Spartacus) es uno de los personajes más odiados por sus acciones manipuladoras y arrogantes, siempre menospreciando y humillando a sus amigas, y haciendo todo lo posible por causar la muerte y sufrimiento de Spartacus, como cuando sedujo a Numerio en su cumpleaños número 16, sólo para manipularlo y conseguir así la muerte de Varro, sólo para su propio placer al causarle sufrimiento a Spartacus.
La sicología de un personaje siempre es importante, los lectores no lo identificarán como un villano sólo porque tú se los digas, ni porque esté en contra del héroe; él debe tener una forma de pensar que le moleste a todos, debe tomar decisiones que una persona buena no tomaría, debe de tener sus propios objetivos y seguirlos sin importar quién salga lastimado y deberá satisfacer sus propias necesidades a costa de los demás, como el Capitán Vidal (del Laberinto del Fauno), tenía un trauma sin superar con su padre, era un machista de primera, por lo que quiere tener un niño varón y desprecia a Ofelia, es en extremo violento, sádico, y buscaba a toda costa matar a sus enemigos y mantener su linaje, prueba de ello es la orden que da para salvar al bebé cuando se complica el parto, dejando morir a la mamá de Ofelia, y el asesinato despiadado de Ofelia cuando se llevó al niño.
