Que tu historia no sea plana
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Contar una historia, sea la que sea, no es tarea sencilla, no es cosa de sólo decir lo que está ocurriendo y ya, el escritor debe de tener el poder de retener la atención del lector haciendo interesante la narración y ofrecerle lo que éste esté buscando en tu historia: Asustarse, reír, conmoverse o incluso aprender algo nuevo. Para ello deben sentir algo por tus personajes, tienen que poder identificarlos por su personalidad y sus acciones y algo muy importante es que también deben saber cómo y en dónde ocurre todo.
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Contar una historia, sea la que sea, no es tarea sencilla, no es cosa de sólo decir lo que está ocurriendo y ya, el escritor debe de tener el poder de retener la atención del lector haciendo interesante la narración y ofrecerle lo que éste esté buscando en tu historia: Asustarse, reír, conmoverse o incluso aprender algo nuevo. Para ello deben sentir algo por tus personajes, tienen que poder identificarlos por su personalidad y sus acciones y algo muy importante es que también deben saber cómo y en dónde ocurre todo.
Estos son algunos consejos que te permitirán lograrlo:
Crea empatía con tus personajes: Dales una personalidad y rasgos característicos para que tus lectores se puedan identificar y los quieran.
Hazlos simpáticos y graciosos, a todos nos gusta que nos saquen una sonrisa, si tu personaje hace o dice algo gracioso, lograrás que caiga bien y los lectores lo querrán. Muchos buscan identificarse con un héroe noble y valeroso, que salve a la población con sus actos heroicos. Incluso necesitan odiar a un villano o a un personaje gruñón o amargado que le haga la vida imposible a los demás. De esta manera la lectura fluirá y se desarrollará de mejor manera para quien lea tus historias.
Describe las acciones de los personajes: Menciona detalles poco importantes pero que ayudarán al lector a imaginar mejor lo que ocurre en escena, algo como; “Apoyó el peso en la pierna izquierda mientras escribía en su móvil, de esta manera estuvo más cómodo y pudo tomarse el tiempo para escribir”, en lugar de sólo decir: “escribió en su móvil” o “mandó el mensaje”.
Enriquece la historia: No sólo cuentes lo que está ocurriendo, hazlo entretenido, proporciona más información al lector, describe el lugar en donde se desarrolla la historia, el estilo de la habitación, el tipo de madera de los muebles, el color de las cortinas, en qué posición se encuentran los cubiertos en la mesa, los locales o tiendas que deja atrás en la calle o que están delante del camino del personaje, toda la información ayuda. Si un personaje le hace una pregunta a otro, que no sólo responda sí o no, que dé una explicación de ello, que divaguen en sus conversaciones, imagina como sería una conversación con tus amigos, muchas veces comienzas contándoles una cosa y te distraes tanto o te acuerdas de otras cosas que terminas contando algo diferente. Pero ojo, tampoco exageres y retoma el punto inicial.
Crea empatía con tus personajes: Dales una personalidad y rasgos característicos para que tus lectores se puedan identificar y los quieran.
Hazlos simpáticos y graciosos, a todos nos gusta que nos saquen una sonrisa, si tu personaje hace o dice algo gracioso, lograrás que caiga bien y los lectores lo querrán. Muchos buscan identificarse con un héroe noble y valeroso, que salve a la población con sus actos heroicos. Incluso necesitan odiar a un villano o a un personaje gruñón o amargado que le haga la vida imposible a los demás. De esta manera la lectura fluirá y se desarrollará de mejor manera para quien lea tus historias.
Describe las acciones de los personajes: Menciona detalles poco importantes pero que ayudarán al lector a imaginar mejor lo que ocurre en escena, algo como; “Apoyó el peso en la pierna izquierda mientras escribía en su móvil, de esta manera estuvo más cómodo y pudo tomarse el tiempo para escribir”, en lugar de sólo decir: “escribió en su móvil” o “mandó el mensaje”.
Enriquece la historia: No sólo cuentes lo que está ocurriendo, hazlo entretenido, proporciona más información al lector, describe el lugar en donde se desarrolla la historia, el estilo de la habitación, el tipo de madera de los muebles, el color de las cortinas, en qué posición se encuentran los cubiertos en la mesa, los locales o tiendas que deja atrás en la calle o que están delante del camino del personaje, toda la información ayuda. Si un personaje le hace una pregunta a otro, que no sólo responda sí o no, que dé una explicación de ello, que divaguen en sus conversaciones, imagina como sería una conversación con tus amigos, muchas veces comienzas contándoles una cosa y te distraes tanto o te acuerdas de otras cosas que terminas contando algo diferente. Pero ojo, tampoco exageres y retoma el punto inicial.
Sorprende al lector: Dale un giro a las cosas o haz lo inesperado. Cuando estés, por ejemplo, en el clímax de tu historia, y tu personaje esté a punto de encontrarse con el villano, el lector estará preparado para ello, con cada acción que lea se preparará para ese momento, se hizo a la idea desde el título del capítulo, dale una sorpresa antes de que pase:
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“…caminaba pensativo con la mirada baja perdida en las losas de la banqueta sin saber lo que le esperaba calles adelante, a cada paso que daba se acercaba a su destino sin poder evadirlo, su mente era un torbellino de emociones, sabía que lo habían estado siguiendo desde hace días, incluso en ese momento podía sentir esa presencia sin rostro que lo observaba, pero claro, no podía evitar seguir con su vida intentando que fuera normal, entonces, sin previo aviso al doblar en una esquina, la misma que había recorrido sin problemas mil veces antes, chocó con él, no pudo hacer nada para evitarlo.”
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En este momento puedes terminar ese párrafo, cambiar de escenario o personaje para crear expectativa o simplemente continuar de inmediato con punto y seguido sorprendiendo al lector mencionando que la persona con la que se encontró fue un mejor amigo, siendo que ya se había preparado para el esperado encuentro entre protagonista y villano.
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Recuerda, es tu historia y todo puede pasar en ella, siempre y cuando todo sea verosímil. Extiéndela y enriquécela con toda la información que sea posible, siempre que haga falta describe la vestimenta de los personajes, sus rasgos característicos, dónde viven, dónde se desenvuelven y cómo lo hacen.