Este cuento, como todos los de esos tiempos, tiene una moraleja, algo como:
El cuento de La Galleta de Jengibre
Una mujer se encuentra horneando una galleta de jengibre, justo antes del momento en que la horneen, la galleta cobra vida y salta del horno antes de ser cocinada –y morir– y sale corriendo. La mujer y su esposa la persiguen por toda la casa e intentan atraparla, pero no lo consiguen.
El verdadero origen de La Galleta de Jengibre
No podría decirse que existe un origen exacto, pero su verdadero pasado se encuentra aún más lejos geográficamente. Ya que existe toda una tradición de cuentos folklóricos sobre comida que escapa de sus cocineros, Alemania y las Islas Británicas tienen un sinfín de historias similares.
Kolobok es muñeco de miga de pan en los países eslavos, es un ser mitológico que evita las fauces de distintos animales en su historia. Esta antología es anterior a la versión americana, conocida como Pannekaken (La tortita). Estas historias fueron recopiladas por Jorgen Moe y Peter Christen Asbjornsen en 1842.
Sólo diez años después, Carl y Theodor Colshorn, alemanes, publicaron una antología llamada Vom dicken fetten Pfannekuchen (que se podría traducir como: De las grandes tortas de grasa), que recopila historias muy similares al Hombre de Jengibre.
Aspectos sicológicos del Hombre de Jengibre
Estas galletas antropomorfas son bastante comunes en ese tipo de relates folklóricos, esta frecuencia para crear este tipo de relatos se debe principalmente a la popularidad de este postre en la gastronomía de casi todos los países occidentales.
La curiosidad sicológica surge de una interrogante estadística. Como pudimos leer en la historia, el zorro devora a la galleta pedazo a pedazo, casi con una felicidad deliciosa, dejando la cabeza para el final (entendemos esto porque la galleta cantaba entre lamentos mientras era devorada, no podría cantar si se hubiera comido primero la cabeza). Sin embargo, es más que sabido que si le das a un niño (o adulto, a una persona en general) una galleta con forma humana, éste comerá casi obligadamente, la cabeza en primer lugar.
Existe un estudio de personalidad aplicado a 500 personas que dice que cualquier persona que coma algo con forma humana, aunque sea una forma simbólica, comerá la cabeza en primer lugar. Por lo tanto, El Hombre de Jengibre arroja hipótesis interesantes:
- Las personas que comen primero la cabeza, poseen características individualistas.
- Las personas que comen primero la mano derecha, son personas escépticas o pesimistas.
- Las personas que comen primero la mano izquierda del Hombre de Jengibre, tienen tendencias extrovertidas y creativas.
- Las personas que comen primero las piernas de la galleta, tienen características sensibles y empáticas.
Teniendo en cuenta estas estadísticas, no resulta asombroso que la tasa de mortalidad de los Hombres de Jengibre se aliñe casi perfectamente con la decapitación.
Alguna vez has comido una Galleta de Jengibre ¿Qué parte comes primero?