La historia que seguramente conoces o has leído sobre Alicia en el País de las Maravillas, es la original, no inspirada en otro cuento más oscuro como es el caso de las versiones populares de Disney como Caperucita Roja o Cenicienta, pero lo cierto es que sí podemos encontrar algunos elementos oscuros dentro de la narración o incluso sobre el autor y sus motivaciones a escribir la novela que no son aptos para los niños, en esta ocasión les contaré la verdadera y oscura historia de Alicia en el País de las Maravillas.
Principalmente, podemos encontrar dentro de esta historia, algunos temas no muy adecuados para los niños que la lean, aunque éstos estén muy sutilmente colocados y disfrazados en sus páginas (o incluso ya en la pantalla). El cuento describe el sueño de Alicia, sus aventuras en El País de las Maravillas y una serie de representaciones que satirizan las costumbres y rutinas de la sociedad inglesa victoriana.
Cabe mencionar que este libro ha sido objeto de estudio por un sin fin de estudiosos dentro de diferentes ciencias. Como la neurociencia, ya que, según ésta, Alicia en el País de las Maravillas lograba describir con precisión el estado del sueño.
Todo lo que le sucede a Alicia en El País de las Maravillas es un sueño. La caída de Alicia en el, hace alusión a la caída angustiosa que se tiene en un sueño al caer al vacío. Lewis Carroll puede haber creado la escena para representar la entrada a lo inconsciente, al estado del sueño.
Muchos afirman que toda la historia hace alusión al consumo de drogas, el mayor indicador de esto es la necesidad de usar sustancias externas para cambiar el estado físico y las ilusiones que esas sustancias causaban en los personajes. Aunque todo pase dentro de un sueño, la cantidad de detalle alrededor de sustancias, efectos y línea de pensamiento es muy precisa.
Alicia se la pasa consumiendo pociones y hongos para cambiar su estado físico y comprensión del lugar en el que se encuentra. Absolem, la oruga, se la pasa fumando alguna sustancia todo el tiempo, lo que se supone también le proporciona una mejor comprensión de Infratierra, ya que éste es considerado como el ser más sabio o inteligente de ese lugar.
Esta historia también hace burla a la rutina victoriana en que se vivía en los tiempos en que fue escrito el libro, con personajes como el Conejo Blanco, preocupado por llegar tarde a todos lados, saltando muy apurado para darse prisa y apurando a todos los demás.
O como el Sombrerero loco, que disfrutaba enormemente de su eterno té de las seis, invitando a todos a disfrutar con él.
Se supone que esta historia también habla de trastornos alimenticios, esto por los cambios que sufre Alicia al comer esto o aquello, con cierta comida su cuerpo crece demasiado, lo que puede simbolizar que la comida te hace estar gordo. Esto sumado a que se sabía que este tipo de trastorno era sufrido por el escritor, de quien se sabía, comía muy poco.
Y hablando del Escritor, es sobre él, y fuera del libro, de quien se tiene el dato más oscuro sobre esta historia.
Hay que decir que toda la historia de Alicia en el País de las Maravillas, y más específicamente, el personaje, está basado en una niña real: Alice Pleasance Liddell Hargreaves Taylor, mejor conocida simplemente como Alicia Lidell, que era la hija de un muy buen amigo de Lewis Carroll.
Pues bien, se cree que Lewis escribió el cuento de Alicia en el País de las Maravillas, como una alusión a su relación con la niña Alicia, representando en las páginas, lo que quisiera hacer con ella, incluyendo los simbolismos ocultos. Y con esto me refiero a no sólo contarle cuentos, cosa que hacía con los hermanos de Alicia u otros niños, sino hacer cosas más íntimas. Carroll disfrutaba estar en compañía de niñas pequeñas. Incluso, en la versión original del cuento, se puede apreciar el deseo de Lewis por Alicia en la manera tan “detallada” que éste describe a la Alicia del cuento, detalles muy exactos e íntimos sobre sus labios y cuerpo por ejemplo, aunque la descripción que realizaba era muy elegante, era demasiado erótica para estar hablando de una niña.
Lewis también les tomaba fotografías, ya que también era un reconocido fotógrafo, lo importante aquí es que algunas de éstas fueron fotos semidesnudas o desnudas de las niñas, algo bizarro incluso para la época victoriana en que vivía.
Existen muchos autores que defienden de las acusaciones de pedofilia, dicen que él tenía un gusto estético por la inocencia de las niñas, algo que de nuevo era común en aquellos tiempos. Lo cierto es que tenía una relación muy cercana con la niña Alicia Lidell y con otras niñas en general (pues él mismo dijo que no le gustaba estar con niños) y el hecho de que la mamá de Alicia haya interrumpido la relación abruptamente cuando la niña cumplió 11 años, todo esto levanta muchas sospechas que giran alrededor de la necesidad del escritor por relacionarse con niñas y su sexualidad.
Un dato curioso
Sospechas de que Lewis Carroll fuese Jack el Destripador.
Aunque siempre se le consideró un soñador inofensivo, en 1996 el autor Richard Wallace no vaciló en acusarlo de haber sido el hombre que estaba oculto bajo el alias de Jack el Destripador. Las pretendidas pruebas que supuestamente lo acusaban eran frases crípticas contenidas en sus libros diecinueve años antes de la matanza del otoño de 1888. Según esta interpretación, el ya desequilibrado escritor dejó allí pistas anticipando los crímenes que planeaba cometer.
